El Ribón

24. 01. 2010. Domingo.

Pronosticaban nieve a los 900 metros. Hacía casi dos meses que no nos acercábamos por la cabaña. Suponíamos que ya no habría nieve, al menos como para no poder subir el último tramo andando. Llevábamos unas ideas para hacer fotos con los copos cayendo.

Pero, a pesar de estar a 1200 mts de altitud, no nevó, tan sólo llovió un poco. Incluso, al llegar, no hacía "frío", bueno, frío de nieve. El frío que antecede a la nieve te hace sentir una sensación muy peculiar, cuándo lo sientes sabes que la nieve caerá pronto.

Al no haber aire, nos resultó grato sentir esa soledad, esa quietud, y ese silencio que sólo en parajes como estos se puede sentir en invierno, se palpa, y te hace sentir por unos momentos que estás sólo en este planeta, un sosiego que sólo se vio roto por un bando de páridos y trepadores que se acercaron a nuestros predios. También, más tarde, vimos dos grupos de camachuelos, y zorzales alirrojos y charlos.  En las manchas de nieve que aún quedan, leemos la escritura que dejan los habitantes de este lugar con sus rastros, en esta ocasión: liebre de piornal, jabalí, ciervo, corzo, y zorro.

A media tarde, al bajar, hice estas fotos con las nubes cerca de nuestra cabeza, y con ese frío que nos decía que va a volver a nevar, pero ya no da tiempo a hacer esas fotos que llevábamos en la mente, será en otra ocasión.

Y, un par de horas después volvemos a la realidad de los coches, los semáforos, y el bullicio de la gente, que sólo puede sentirse en una ciudad.

El Ribón.

La Rebollada.

La Cardosa.