Vamos a tratar de poner el diario al día, que ya va siendo hora.
El puente de los Santos decidimos ir a uno de nuestros "feudos" habituales para una salida de tres días como era el caso; Figueira da Foz, en la Beira Litoral portuguesa. Pensábamos partir de viaje al salir la Colasina de currar, es decir, a las 21,10 del viernes, pero en vista de las previsiones meteorológicas lo posponemos para la mañana del sábado.
30.10. Sábado.
Salimos a las 7 de la mañana por el Huerna para cruzar la comarca leonesa de la Ribera hasta La Bañeza, y después por la Sierre de la Culebra zamorana, para una vez llegados a Alcañices, nos adentrarnos por la región trasmontana portuguesa hasta Mogadouro. Llegamos poco antes de comer, con el cielo encapotado y amenazante, pero aún sin lluvias. Vamos a comer, -un buen bife de vitela la Colasina, y un bacalhau á Lareira exquisito Wili-, en el bar que da nombre al plato de bacalhau;
Restaurante à Lareira, debe el nombre a una enorme parrilla (lareira), que en el centro del comedor va asando la gran cantidad de bifes de vitela (filetes de ternera), y postas mirandesas que a diario prepara grelhadas (a la brasa) el dueño Eliseu Amaro, que está siempre desviviéndose para que todo esté a tu gusto.
Partimos tras comer hasta Pocinho, V.N de Foz Côa, y hacia Celorico, para ya con lluvia pertinaz entrar a la antigua IP-5, ahora E-80. En Mangualde solemos desviarnos hacia Nelas, pero en vista de cómo está el tiempo decidimos hacer el recorrido al revés, y seguimos con la intención de ir a dormir a Barra, cerca de Aveiro. Poco después de tomar esta decisión, a la altura del desvío de Vouzela, se desata una tormenta como nunca habíamos vivido en ruta, relámpagos, y lluvia muy fuerte. Pero lo peor está por llegar, cuando un poco más adelante comienzan a caer granizos del tamaño de castañas, que golpean de tal manera la luna, qué pensamos que romperá sin remedio, y que decir de la lucera y la antena. Nosotros como los demás vehículos paramos en el arcén impotentes, y aunque sólo duro cinco minutos fue una sensación angustiosa que hizo que pareciese interminable. Reanudamos la marcha entre lluvia torrencial, que comparándola con los granizos nos parecía benévola, y al rato de nuevo granizos de igual tamaño, con la suerte de que estamos a pocos metros de un puente que nos permite refugiarnos debajo. Para colmo, con unas rafas de aire huracanado. Al pasar la granizada seguimos entre lluvia fuerte y el vendaval hasta Barra, en la ría de Aveiro, y junto al canal, en la zona donde siempre hay bastantes autocarabanas nos instalamos para dormir; o eso creíamos.
31.10. Domingo.
Nuestras esperanzas de dormir se esfumaron con el golpeo de la lluvia en la lucera, y las ráfagas de viento que bamboleaban el cámper como si fuera de cartón. Amanece de lo más desapacible, revisamos la lucera y la antena por si el granizo las había afectado, y parece que todo esté bien, la luna tiene muchos pequeños puntos escachados, pero son muy diminutos y no parece que sea grave. Salimos para Mealhada, pues en vista de cómo sigue el tiempo descartamos ir a Figueira. Quedamos a comer el leitão en
Rocha y después venimos de retirada con los ánimos bastante bajos.
Teníamos intención de volver por Gerês, pues hace tiempo que no vamos, y además tiene que estar el robledal de buen ver otoñal, pero en vista del tiempo que acontece decidimos venir por la A-24, y no paramos hasta Vila Pouca de Aguiar, donde salimos para comprar miel, pues la llevamos otras veces y es muy buena. Llegamos a al oscurecer a Vidago, y vamos a la explanada que ya conocemos junto al parque, y dormimos bien y tranquilos, sobre todo porque ya amainó el temporal y no llueve ni hace aire.
01.11. Lunes.
Salimos con nubes y tiempo desapacible (aunque al menos no llueve) para Verín, donde encaramos la A-52. En A Gudiña decidimos venir por Ponferrada, y nos metemos hacia Viana do Bolo, con lluvia de nuevo, aunque débil. Ya en A Rúa, hacemos una parada en uno de los pocos momentos que no llueve, y sacamos las cámaras por primera vez desde que salimos.
A Rúa. Ourense.
Puente romano A cigarrosa, A Rúa, Ourense.
Después de hacer unas fotos al embalse seguimos a Ponferrada y de allí a Villablino. Paramos a comer en un área en Toreno. Después con la lluvia de nuevo acompañándonos continuamos por la ribera del Sil, y sólo paramos a hacer una foto a la otoñada de las laderas de Palacios del Sil.
Otoñada, Palacios del Sil. León.
Continuamos a Piedrafita de Babia, y decidimos bajar por el pto de Somiedo. En la vertiente asturiana la niebla nos acompaña hasta casi La Pola, y además sigue lloviendo, así que venimos de regreso de una de las salidas más nefastas que recordamos.
06.11. Sábado.
Amanece un día soberbio, y nos vamos para Redes. Allí la luz es muy pura, y el paisaje está en pleno apogeo otoñal, si a esto unimos la temperatura tan agradable que se disfruta, nos anima a que nada más llegar cojamos la cámara, trípode, y nos demos un paseo por el Cotu.
Picu `l Gavilán desde Cotu Abellar. P.N. de Redes. Casu.
Picu `l Gavilán desde Cotu Abellar. P.N. de Redes. Casu
Picu `l Gavilán desde Cotu Abellar. P.N. de Redes. Casu
Otoñada en Cotu Abellar, P.N. de Redes. Casu.
Otoñada en Cotu Abellar, P.N. de Redes. Casu.
Picu Maciédome desde el Cotu abellar. P.N. de Redes, Casu.
Picos desde el Cotu Abellar, P.N. de Redes. Casu.
Al día siguiente amaneció lloviendo, y no hicimos gran cosa, pero lo del sábado quedará registrado sin remisión.
El sábado 13 volvimos, y el tiempo no estaba muy acogedor, frío, nublado a ratos, pero íbamos más que anda a terminar unos trabajillos. Eso sí, los páridos y el trepador no paraban de venir a la comida que les brindamos. Mientras comíamos un carbonero garrapinos entra a inspeccionar hasta posarse casi en la mesa. En vista de la actitud ponemos comida cerca y a pesar de tenerla afuera, este no se amilana y al final probando hasta dónde llegará su confianza llega a comer de la mano de la Colasina. Vamos que nos tienen contentos nuestros invitados a la mesa.
Primero, se lo dejamos en la encimera...
Se nos ocurrió probar en la mano, a ver hasta dónde llegaría...
Recordamos que la cámara también graba.
En otro orden de cosas vimos un águila real por la zona, sentimos el pito negro, y volvimos a ver un reyezuelo sencillo. El resto del mes no salimos, pues entre el mal tiempo y cosas varias no tuvimos ocasión.