31.12.
Nos fuimos para la cabaña a terminar el año en compañía de nuestros pequeños amigos alados. El ambiente de estos días, con tiempo "caluroso", propició que la nieve desapareciese rápido, y estaba por la cota de los 1400, lo que favoreció que ni la llegamos a pisar.
Íbamos con la idea preconcebida de cambiar el decorado del comedero, y nada más llegar nos disponemos a hacerlo. Cambiamos las bases de sitio para favorecer la luz y los fondos, y como en las cercanías está repleto de tocones de hayas caídas cubiertas de musgo, sacamos algunas capas para colocarlas encima de las bases que tenemos. Mientras lo hacemos, ya tenemos al trepador y los páridos esperando y revoloteando a nuestro alrededor. Colocamos el
hide, pues aunque con los de costumbre no hace falta, la idea es que entre el herrerillo capuchino, que es más reacio.
Lo pasamos de fábula, sin ruidos, sin humos; sin otra cosa que la compañía de nuestros amigos que no paran de venir a comer. Se nos acercó un pito negro reclamando su típico cri, cri, cri, pero aunque le llegamos a ver posado en un haya, no fue tan cerca como hubiésemos querido. También nos pasaron dos rebecos por detrás del hide muy cerca, pero sin posibilidad de hacerles fotos, aunque nos alegró verlos, pues desde el brote de sarna no se prodigan mucho los avistamientos. La estrellada nocturna, con un cielo impresionantemente limpio hace augurar un día de inicio de 2011 muy bueno. Las campanadas de fin de año ya nos pillaron en brazos de Morfeo.
01.11.
Que desilusión; amanece cubierto, y aunque no hace frío, la luz no es la mejor que quisiéramos para inmortalizar a nuestros amigos. Pero, sólo su presencia y la confianza que nos demuestran ya es suficiente para que sea uno de los mejores años nuevos que recordamos. A falta del concierto de Año Nuevo que solemos disfrutar en años anteriores, este concierto natural no le va a la zaga. Hoy no para de entrar el capuchino junto a los demás; carboneros común, garrapinos, palustre. El trepador azul no para de comer, y de llevar provisiones a sus escondidas despensas en el hayedo. También aparecen un par de herrerillos comunes, pero no se atreven a pisar el escenario.
02.11.
Hoy amanece con
orbayu, es decir, lloviznando. Como habíamos dejado el
hide montado está pingando y lo recogemos. Nuestros amigos, como es natural, llueva o no tienen que comer, y no paran de hacerlo. A pesar de no tener el
hide, a veces salimos a verlos, y el herrerillo capuchino también entra estando nosotros cerca, ya lo hace igual que los demás. Volvemos a sentir el pito negro por la zona. Y también, al igual que estos días, vemos zorzales en las praderías, algunos son reales.
A media tarde dejamos a nuestros amigos con el comedero repleto para que los días venideros sigan avituallándose. A continuación algunas de las cientos de fotos que le hicimos.
Herrerillo capuchino. P.N. de Redes, Casu, Asturies.
Trepador azul. P.N. de Redes, Casu, Asturies.
Carbonero garrapinos. P.N. de Redes, Casu, Asturies.
Herrerillo capuchino. P.N. de Redes, Casu, Asturies.
Carbonero palustre. P.N. de Redes, Casu, Asturies.
Herrerillo capuchino. P.N. de Redes, Casu, Asturies.
Trepador azul. P.N. de Redes, Casu, Asturies.
Carbanero garrapinos. P.N. de Redes, Casu, Asturies.
Carbonero común. P.N. de Redes, Casu, Asturies.
Herrerillo capuchino. P.N. de Redes, Casu, Asturies.
Para finalizar un detalle del escenario, con un carboneo garrapinos posado mientra se realizó la foto.