Viernes 6 de marzo.
A las 20.40 salimos de Gijón por la A 8 hacia Santander, y el País Vasco. A eso de las 00.20 paramos a dormir en un área de servicio a 28 kms de San Sebastián.
El sábado, 7 de Marzo, madrugamos, y a las 7 ya estamos en ruta hacia la frontera con Francia, para dejarla en Bayonne, y dirigirnos desde ésta a St-Martin-de-Seignanx. Al meternos por la carretera que nos conduce a Les Barthes, (punto final del viaje) encontramos un tejón atropellado :-(. No hace mucho que amaneció un día que promete ser estupendo, al menos, en lo meteorológico, pues está despejado.
El principal motivo de esta salida, es que lleva un tiempo un pigargo en la zona, llevábamos pensando venir desde que nos enteramos, pero los fines de semana de temporales sufridos nos habían hecho desistir. En el pueblo de Urt, a pocos kms, se veía también un cisne chico. Nada más llegar subimos ansiosos al gran
hide de madera y de momento no vemos el pigargo, apenas si hay grullas, y tampoco vemos ninguna de las 2 águilas moteadas que se viene viendo en la zona. Vamos después de un rato a Urt, y tampoco aparece el cisne chico. Vemos unos faisanes que no se dejan fotografiar, junto a la carretera que discurre junto al río, y unas gallinas muy guapas que campean junto a una granja.
Al menos vemos algún grupo de grullas en los maizales, y una juvenil a pocos metros de la carretera. Al volver hacia el hide vemos a un fotógrafo haciendo fotos a la grulla que habíamos visto junto a la carretera y nos ponemos nosotros también, tiene la pata izqda. seriamente dañada, aparentemente con un cable, y cojea notoriamente.
Grulla común.
De nuevo en el hide seguimos sin ver nada de lo que venimos buscando, vuelta a Urt, y tampoco está el cisne, así que comemos y de nuevo al hide, y así todo el día. Además al atardecer apenas si viene a dormir un centenar de grullas, que para colmo entran por el lado contrario a donde estamos.
Dormimos allí con una gran estrellada y sin molestia alguna toda la noche.
El domingo 08 de marzo nos levantamos al amanecer y subimos al hide cuando sale el sol.
Ya no hay grullas, contábamos con esto en relación a las grullas, pues ya es algo tarde para que sigan aquí. Lo destacable, un bando de espátulas que llegó ayer a dormir y siguen.
Espátulas.
Y una de las águilas moteadas, que está posada en un árbol en el otro extremo de las charcas.
Testimonial del águila moteada, muy lejana en el círculo.
Debajo, se dejan ver bandos de ánades silbones, y algunos rabudos.
ánades silbones.
Pero del pigargo ni rastro, lo que nos confirma, que lo de las lechuzas de hace unas salidas fue la excepción a nuestra regla, que es llegar tarde o no encontrar lo que buscamos :-). Nos consolamos con el precioso y primaveral día que hace, que con los fines de semana precedentes tan invernales es para estar contentos, así como de salir de la rutina ciudadana. Después de comer junto a una charca cercana, iniciamos el regreso ya lento y relajado.
Charca, Les Barthes.
Ciertamente que la A8 hace que ir hasta allí (recorrimos 950 kms) sea un "paseo", hace años era impensable ir de fin de semana hasta estos lugares, pues ya llevaba el finde sólo la ida.