El viernes Colasina trabajó, y entre eso y el mal tiempo, esta semana santa pasó sin pena ni gloria.
El sábado 7, a pesar de seguir las lluvias, como dan mejoría para esta tarde nos vamos para la zona de Muniellos, en concreto a Vegaltallu. Hace muchos años que estuvimos en una mina abandonada donde encontramos a la escasa salamandra rabilarga, y con la intención de rencontrarla, para allá nos vamos. El trayecto entre agua y niebla sin parar, hace que a veces nos planteemos si no estaríamos mejor en casa. Pasada Cangas de Narcea desayunamos en la panadería de Penlés como hacemos siempre que venimos por aquí. Después seguimos a Vegaltallu y nos instalamos en el alto del Forcau. A media tarde deja de llover, aunque persiste la niebla. Vamos a dar un paseo por la pista que nos conduce a la mina, o eso creíamos, pero no la encontramos. Pensamos que entre lo que nos falla la memoria, (pues hace ya unos 15 años que habíamos estado), o que está el sendero tomado y no le avistamos, volvemos sin resultados. Al menos deja de llover, y al oscurecer se van abriendo claros. Por este alto no pasa ni un alma en toda la noche, y dormimos muy tranquilos.
Este aspecto tenía el valle de Vegaltallu, con la niebla no se veían los montes.
Domingo 8.03.
Amanece despejado y con una helada de órdago. En el camper el termómetro marca 2º, así que afuera estará bajo cero. Nos levantamos antes de las 8, y tras tomar algo caliente salimos a caminar, que es como mejor se combate el frío. Vamos por un camino enfrente de la pista que va a la mina, por el que el Wili transitó hace unos años con motivo de la colaboración en el ultimo censo de urogallo que se realizó en la zona. Vemos muchos rastros de mustélidos, excrementos sobre todo, también de arcea (Chocha perdiz), vemos una ardilla pero ni un rastro de lo que vamos buscando. Es una zona muy virgen, no en vano está pegada a la reserva integral de Muniellos. Lo que no veíamos ayer por la niebla es que todos los montes de enfrente están calcinados por algunos de los más de 300 incendios que asolaron miles de Has por toda la geografía del Principado.
Todo el cordal del W de Vagaltallu quemado. Al fondo, a la izqda de la niebla, aunque no se aprecia casi en la foto también están quemados varios montes.
Algunos robledales en medio del desolado paisaje quedaron como pequeños bosques isla.
Vegaltallu.
Desde el alto del Forcau se aprecia el corazón del bosque de Muniellos; por suerte intacto.
Lo de los montes quemados es una cosa que nos supera, ver el estado tan dramático y grotesco que queda después del fuego es una mezcla de tristeza, rabia e impotencia que nos obliga a pensar en lo que haríamos con los responsables de tales actos. Se insiste mucho en los medios sobre los incendios, pero no se valoran siempre los verdaderos y dramáticos resultados tras los siniestros. No sólo es la vegetación de incalculable valor, el gasto monetario, el gasto de agua; a veces nos olvidamos de los miles de insectos, reptiles, anfibios, mamíferos y hasta aves que mueren en los incendios. Es un panorama desolador que te acongoja sobremanera, sobretodo cuando lo ves desde una ladera llena de vida vegetal y te imaginas que así estaría la de enfrente antes de estos actos vandálicos. Recordamos también como estos días gente lloraban porque a un trozo de madera no podían sacarle a pasear: Esto si que es para llorar, pero así es el "
homo sapiens".
No encontramos a la salamandra rabilarga, especie endémica de la franja occidental de la península, es decir, que sólo habita la zona occidental de Asturias, Galicia y algo del Norte de Portugal; en el resto del planeta no existe. De buen seguro que en estos incendios, han perecido muchas. Tras el mal cuerpo que nos deja el panorama, y el cansancio que ya traemos, no volvemos a intentar encontrar la mina como teníamos pensado hacer. Salimos por el puerto del Connio a Ibias.
Los montes de gran parte de Ibias están si vegetación arbórea por la sistemática quema a que son sometidos año tras año.
Ibias es uno de los concejos asturianos donde más incendios se producen todos los años, y los montes del concejo- sobre todo en las zonas altas- están desnudos y sin arbolado. Seguimos al Pozo de las Mujeres Muertas donde paramos a comer. Después bajamos por Monasterio de Coto con algunos montes también chamuscados.
Cerca de Monasterio de Coto, otro panorama desolador.
Para colmo en Pilotuerto vemos una marta atropellada, y ayer al pasar no estaba, lo que indica que fue esta noche el atropello. En el embalse de la Barca también están las laderas quemadas.
Laderas junto el embalse de la Barca.
Volvemos para casa un tanto desmoralizados, no tanto por no encontrar la salamandra, como por el panorama desolador de los montes calcinados. Estos vándalos pirómanos que tendrán dentro de sus míseros cerebros. Una pena.
Aunque esta vez no la encontramos ponemos esta larva de salamandra rabilarga.