Lluvia, nieve y paxiarinos.

27. 10. sábado.

Salimos temprano para Redes. Somos conscientes de que el tiempo no va a estar bueno, pero lo asumimos, e incluso lo esperamos con agrado. La montaña también tiene un encanto especial con mal tiempo, sobre todo si tienes un buen cobijo. El brillo que da la lluvia a los colores no tiene igual.

Al salir de Gijón no llueve, pero se palpa en las oscuras nubes que lo hará pronto, y al llegar a la panadería de Campo de Caso ya llueve. Subimos para la cabaña sin que deje de llover. De momento no está frío, a pesar de que daban una fuerte bajada de temperatura.  

No deja de llover en todo el día, y nosotros nos afanamos haciendo apaños (siempre hay alguno que hacer), mirando por la ventana el ir y venir de los pájaros al comedero, y Colasina cocinando con leña una fabada que promete mucho. 

A última hora de la noche se deja notar ya más el frío, y al acostarnos vemos que comienza a caer aguanieve. Estamos un poco preocupados por si le da por arreciar a nevar, pues al contrario que la lluvia que se deja sentir en la lucera, la nieve no hace ruido al caer, y de nevar toda la noche podemos quedarnos sin poder bajar con el 4X4. Dormimos mal, e incluso después de medianoche se levanta Wili a mirar. La pradería está ya blanca, pero sin que cuaje demasiado, pues además, como son diminutas bolitas, y no copos no parece que vaya a ser problemático. Aun así, dormimos mal, y no vemos la hora en que amanezca para ver en que para...

28.10. domingo.

Nada más que despunta un poco de claridad Wili salta de la cama y se va a ver como está el entorno. Todo está blanco, pero no más de un par de cms, así que no parece que tengamos problemas para bajar. ¡Hoy si que hace frío!. Cae algo de nieve en pequeñas bolitas, pero ahora, ya de día, controlamos bien si hay que irse si esto empeorase. 

Nos ponemos tapados con la sombrilla y un toldo impermeable sobre ella para hacer fotos a los pájaros. Según está el tiempo vemos que los paxiarinos nos agradecen el aporte, y vienen muy a menudo.  

Lo único "malo", es que el fondo que tenemos son las hayas cubiertas de nieve, y ese fondo blanco no favorece nada a los pájaros. Hasta que a Wili se le ocurre lanzar unas ramas secas caídas sobre las ramas cubiertas de nieve, favoreciendo que se desprenda fácilmente la nieve acumulada, y de esta forma los tonos otoñales de las hojas ya conforman un fondo más favorecedor.  A la hora de comer damos buena cuenta de la fabada que preparó ayer Colasina, y que no tiene nada que envidiar a la de Gerardo.

Así estaba todo nada más amanecer.

Con las primeras luces.

La Rebollada al amanecer.

El Gavilán al amanecer.

Como nevó poco, las hayas hacían de paraguas, y en algunas zona no llegó a cubrir.

Carbonero garrapinos. El fondo blanco de la nieve en las hayas no le hace justicia.

Carbonero garrapinos.

Herrerillo capuchino. Con el plumaje nuevo ya están muy guapos.

Herrarillo capuchino.

Carbonero garrapinos.

Herrerillo capuchino.

A media mañana se abren tímidos claros, y aprovechamos para hacer de nuevo algunas vistas.

Las nubes corrían impetuosas, y cambiaba todo en un instante.

Las nubes ganaron la partida y de nuevo se encapotó y siguió cayendo aguanieve. 

El cerezo daba contraste.

Aún no podemos creernos la magia del Ph. La misma de arriba con filtro trazos de pastel.

Hayas.

Desde La Gorina.

Después de hacer las tomas de arriba despejamos la nieve de las hayas del fondo para que los colores del fondo fuesen más agradables, y seguimos con los paxiarinos.

Herrerillo capuchino. Como nevaba a menudo, en las fotos se aprecia el trazo que dejaba la nieve al caer.

Trepador azul.

Trepador azul.

Carbonero garrapinos.

Escribano palustre.

Escribano palustre.

Carboenro garrapinos.

Trepador azul.

Treapdor azul. A veces arreciaba, y aparte de trazar la nieve la caída, les adornaba el plumaje. 

Herrerillo capuchino.

Cuando bajamos de regreso no nos resistimos a pararnos a fotografiar el panorama que presentaba La Cardosa. Con el tiempo en franca mejoría, se apreciaba unos cambios en el paisaje sin igual, como sólo en las zonas de montaña, y con estas condiciones meteorológicas se pueden observar. Parte de la nieve ya se había ido.

La Cardosa.

Si pincháis sobre las fotos, veréis que están algo más grandes que antes. A partir de ahora, por consejo de Antonio Ruiz, las subiremos a mayor tamaño.

Otoñada.

24.10. miércoles.

El Wili se fue para Redes con un amigo. Fueron a escoger el peor día de la semana, pues estaba desapacible, con viento fuerte, nublado, y amenazando lluvia. Nada más llegar fueron a dar un paseo por el Coto, y ven que la otoñada está llegando a su apogeo. Apenas se ven bichos, nada salvo unos zorzales charlos, y un pequeño grupo de buitres leonados que sobrevuelan el Cantu `l Oso. De vuelta en la cabaña, los pajarinos ya hacen acto de presencia, y Javier se pone a hacerles fotos con la compacta que lleva. Era algo escéptico, pero se convence enseguida de que los pájaros, aunque inquietos, posan sin cesar. No está mucho rato, pero el suficiente para que Javier los inmortalice con su compacta.

Trepador azul. Todas con compacta Panasonic FZ18.  Quien da más.

Carbonero palustre. 

Herrerillo capuchino.

Herrerillo capuchino. Todas con compacta Panasonic FZ18. 

Wili sólo hizo algo de la incipiente otoñada. Biforcos, Maciédome y macizo occidental al fondo.. 

Colores de otoño.

Colores de otoño.

En Babia.

20.10. sábado.

Como Colasina trabajó de mañana no podemos salir hasta después de comer. Tenemos pensado ir hasta la Babia, en León. Nos acercamos al marchar hasta la ría de la Villa, y como los bichos están a contraluz y lejos, nos vamos sin dilación para La Babia. Cruzamos el Huerna, y al salir a la meseta nos topamos con el embalse de Barrios de Luna en un estado como nunca le habíamos visto. La falta de agua deja al descubierto los restos de los pequeños núcleos de población existentes antes de la construcción del pantano. Hacemos una parada bajo el gran puente atirantado que cruza el vano del ahora seco pantano por aquí. Llegamos con nubes y claros, esas nubes que a nosotros nos gustan tanto para las fotos de paisaje. 

Normalmente bajo este puente la lamina de agua no desaparece por completo.

La falta de agua hace que sea visible un pequeño núcleo de población y un pequeño puente existentes antes del pantano, generalmente bajo las aguas. 

Restos de antigua población en Barrios de Luna.

Otra parada en un mirador antes de Pobladura. Debajo tenemos la antigua población de Láncara de Luna.

Cerca de Pobladura de Luna se encontraba la población de Láncara de Luna. Aquí se puede ver parte de los restos de las edificaciones.

 Láncara de Luna. Parte de los restos de las edificaciones.

Algunos chopos ya estaban vestidos de otoño.

 Láncara de Luna. Parte de los restos de las edificaciones antes existentes.

Después en San Emiliano vamos a la zona en que solemos movernos. Ya cayeron las primeras nieves de este otoño que tiñen de blanco las zonas altas de las montañas. Aunque bastante de la caída hace un par de días, en las partes solanas ya se derritió. Vemos sobrevolando las praderías un macho de aguilucho pálido. En el hueco de siempre, en un pequeño cortado rocoso, está asomado como de costumbre el mochuelo que cría allí desde que  conocemos esta zona, hace ya más de quince años. También vemos otro mochuelo perseguido por unas urracas que se posa un rato en una piedra lejana. Vemos también algunas collalbas grises, sobre todo jóvenes.

Las Ubiñas en su vertiente leonesa, con restos de la reciente nieve.

Camino de La Majúa.

Camino de La Majúa.

Mochuelo a la entrada de su "casa".

Escaramujo.

Escaramujo.

Babia, cerca de La Majúa.

Más tarde vamos para Torre de Babia. Aparcamos el camper a la entrada del pueblo donde otras veces, para dormir aLLí. No sin antes dar un paseo por el tranquilo y solitario pueblo.

Algo atrasado, pero ya se deja sentir el otoño.

Colores de otoño.

Colores de otoño.

Río Torre a su paso por el pueblo del mismo nombre.

Entrada al pueblo de Torre.

Algunas casas están semi abandonadas.

Torre de Babia.

La noche es de una estrellada impresionante, y la helada en ciernes parece que va a deparar mucho frío. Las nubes se retiraron por completo.

21.10. domingo.
Nos levantamos marcando el termómetro 2.2º dentro del camper. Afuera todo blanco de la helada, y el cielo sin nubes. Desayunamos bien caliente para combatir el frío y salir enseguida a caminar para seguir combatiéndolo, sin duda caminar es la mejor forma de entrar en calor. Venimos hasta aquí, además, para hacer la ruta a la laguna de Las Verdes. Caminamos primero aún en sombra, pues el sol no se asoma aún por encima de los montes cercanos que el tapan. Vamos un rato junto al río que nace en la laguna. Poco después ya salimos a una zona donde el sol ya ayuda a calentar aún más los músculos, todavía reacios a funcionar. El paisaje aún no es todo lo otoñal que esperábamos, pero ya hay muchos árboles con el vestido de otoño. Llegamos a paso lento en una hora a los meandros que serpentean por las praderías al poco de manar de la laguna. En las praderías vemos algún bisbita alpino. Poco después estamos en la laguna, está en sombra con una buena helada. A la sombra está mucho frío, así que nos apartamos después de hacer unas fotos testimoniales hacia la ladera donde da el sol, para descansar un rato, comer unos frutos secos, y volver a bajar. 
Al bajar nos encontramos con un armiño que de un salto se pierde entre unos enebros.
Más abajo nos vamos encontrando con varios grupinos de gente que va a la laguna.

Río Torre junto a un viejo molino a las afueras del pueblo.

Cascada que forma el río Torre que nace en la laguna de las Verdes.

Algunos árboles a mitad de la subida lucían galas otoñales.

Los meandros del río Torre poco después del rebosadero de la laguna que lo ve nacer.

Como las dos de arriba. En la zona de sombra está la cubeta glacial de la laguna de Las Verdes, a 1730 m.s.n.m. 

Bisbita alpino.

Lagunas de Las Verdes.

Laguna de Las Verdes, HDR.

Laguna de Las Verdes.

A mitad de la bajada volviendo la vista atrás.

Como en la superior.

Mientras Colasina prepara dentro del camper la comida, una última foto de la entrada del pueblo de Torre de Babia. Tranquilidad y paz asegurada.

Ya de regreso en el camper como es hora de comer lo hacemos sin diligencia. Algo cansados pero satisfechos venimos de regreso por el puerto de Ventana.