Después de comer salimos para Redes. Nos llevamos una gran sorpresa al llegar, aún hay más nieve de la que pensábamos, y a 300 mts de la cabaña el Suzuki no puede progresar, tenemos que dejarlo y subir el resto andando con todos los bártulos a cuestas, y lo que es peor, pisando casi una cuarta de nieve blanda. Menos mal que está buen tiempo, y hasta con un calor excesivo para últimos de febrero.
Lo único que nos gusta de la nieve, es lo bien que queda en las fotos de paisaje, y lo que nos cuenta de los bichos que están por la zona, pues todo está lleno de huellas en todas direcciones. Lo de pisarla ya nos gusta menos, por lo mal que se progresa, y lo que cansa, ya son muchos años de pisarla...
Al llegar vemos que como era de esperar el comedero que tenemos colgado está totalmente vacío, y no sentimos pájaros por la zona. Hace bastante que no veníamos y se habrán olvidado de nosotros, por eso lo primero que hacemos al llegar es preparar comida con la esperanza que de esto cambie.
La nevada aún era notable al llegar.
Sábado 25.02.
Hizo una noche "calurosa", y de ahí que la nieve esté blanda y bajando por momentos, aunque la capa es aún espesa. Ya se van agrandando los días, y a las 7.30 ya se perciben las primeras luces. Nos levantamos al alba, y lo primero que vemos es que ya hay algún párido por la zona que baja a comer. También vemos que la marta acudió a comer lo que le dejamos junto a la cabaña, y nos dejó constancia con sendas huellas en la nieva. En las praderías de la Rebollada vemos tres corzas pastando en los calveros que ya se forman entre la nieve.
Después de desayunar vamos a donde están las corzas, que aún siguen, pero otra de las cosas que nos desagrada de la nieve -como es el ruido que genera, y eso que no está apenas dura- las pone en guardia ya de bien lejos, y se van mucho antes de poder acercarnos lo suficiente. Aprovechamos la buena vista que se contempla para hacer unos paisajes, -mientras escuchamos el reclamo del pito negro-, y al hacer una de las fotos vemos que tenemos una corza en el encuadre en un prado de debajo.
Volvemos para la cabaña aprovechando el estado del barro y la nieve para rastrear lo que tenemos por la zona. Encontramos rastros de: Lobo (y excremento), zorro, marta, gato montés, corzo, rebeco, jabalí, liebre de piornal, y tejón, este último nos agradó sobremanera, por la de tiempo que hacía que no lo detectábamos.
De vuelta en la cabaña, nos colocamos como es costumbre sin taparnos al comedero, que ya va siendo frecuentado por los de siempre: trepador azul, carbonero garrapinos, y herrerillo capuchino; los demás pasan cerca pero no se atreven al vernos, pero es que no tenemos donde poner el hide por la cuarta de nieve que tenemos alrededor. Casi al mediodía ve Colasina por el rabillo del ojo en el bosque de debajo un jabalí que viene cruzando hacia nosotros, es un macho de los más grandes que vimos en Asturias. Se para en el bosque y se va monte abajo, no podemos hacerle fotos por tener el equipo apuntando en dirección opuesta y no tener ángulo de giro.
Por la tarde sale algo de nube pero la temperatura sigue estable, es decir, caliente, quizás favorecida por la total ausencia de aire.
Diván natural.
Cantu l`Oso, desde la Rebollada.
El Gavilán desde la Rebollada, (la corza del círculo posó para la foto).
Carbonero garrapinos.
Herrerillo capuchino.
Trepador azul.
El cálido sol y la buena temperatura invitaban a comer afuera. Mientras comemos, los pajarinos también venían a comer, en el círculo el improvisado comedero de ellos.
Rastro de marta.
Rastro de jabalí.
Excremento y rastro (círculo) viejo de lobo, se evidencia que fue anterior a la nevada.
Rastro fresco de tejón, sobre una huella nuestra de ayer.
Domingo 26.02.
Nos levantamos a las 6.30 con la intención de hacer una espera en la Rebollada, que es la loma donde estaban ayer las corzas, y que es muy frecuentada por ellas a primeras horas. Vamos hasta ella, y nos colocamos en la línea del bosque, aún en penumbra. Según va amaneciendo vemos que hay algo de nube, pero con la temperatura igual de agradable que ayer, y que fue lo que nos animó a hacer la espera, pues se está muy a gusto, de estar el frío normal para estas fechas, con tanta nieve, y en febrero, nos lo pensaríamos. Desde las primeras luces, un zorzal común no deja de cantar sus amores desde lo alto de un haya cercana, esto no tendría nada de extraño, si no fuese porque estamos a finales de febrero, y lo normal a esta altitud es que suceda como mínimo en abril. Todo el que conozca el precioso canto del zorzal, sabe que tiene en mitad del canto unas estrofas que parece decir -estoy aquí, estoy aquí- éste, lo que parecía decir claramente era -ya estoy aquí, ya estoy aquí- una pena no tener una grabadora.
No aparecen las corzas, pero ver como va el sol acariciando las cumbres del gran circo de montes que tenemos enfrente es sobrecogedor, y en si mismo ya valió la pena el madrugón. Al poco de amanecer aparecen varios zorzales charlos que buscan el primer sustento del día y, a veces, se enzarzan en peleas de celo en los calveros donde ayer pastaban las corzas . Sentimos un pito negro reclamar cerca, y al poco viene volando hacia nosotros, hasta el punto que en el último momento dio un quiebro al vernos, nos pasó a escasos metros por encima, lo que nos permitió ver perfectamente a ojo que era un precioso macho. A media mañana recogemos y volvemos de nuevo para seguir en el comedero hasta la hora de bajar.
Quizás el tener enfrente a la Peña del Viento durante 3 horas, nos hizo volar la imaginación, hasta el punto de creer ver una cara boca arriba. Al contrario que las del Monte Rushmore, esta es natural...
Las primeras luces acariciaban la cumbres del Gavilán, y la Canalina.
Zorzales charlos en disputa.
De izqda a dcha; Estribaciones del Cantu l` Oso, Peña del viento, el Cascayón, El Gavilán y La Casar, desde La rebollada.
Trepador azul.
Carbonero garrapinos.
Herrerillo capuchino.
Carbonero garrapinos.
Carbonero garrapinos.
Herrerillo capuchino.
Hayas u nubes.
Al irnos ya había menos nieve, en la elipse la Rebollada.
Este finde fue uno de los que te quedan gravados, por la variedad de eventos que trajimos en la memoria, que aunque comunes y sencillos, a nosotros nos llenaron de satisfacción.
Es todo por hoy.
Tenéis un concepto de lo que es "común y sencillo" un poco extraño, conozco mucha gente que se morirá sin hacer en toda su vida la 1/4 parte de lo que hacéis vosotros en un finde.
ResponderEliminarPor cierto, el modelo hide con langostinos se haría muy popular entre los fotógrafos a poco que lo patentéis, jeje
Que delicia de fotografías, lugares y "bellos pajaritos". Disfruto mucho con vuestras visuales y documentadas entradas.
ResponderEliminarAbrazos y buena semana.
Ramón
El paraiso, sin duda. Gracias por compartirlo.
ResponderEliminarEso si que es una excursión¡¡:)
ResponderEliminarEstupendas fotografías.
Un saludo.
Areku Desings
Brush Art Designs
menuda salida que envidia por aqui ni siquiera llueve unas fotos preciosas un saludo
ResponderEliminarPor lo que se ve y nos contais disfrutasteis e lo lindo...Muy buen reportaje.
ResponderEliminarBesos
Esas pequeñas cosas son las que nos hacen sentir vivos, de no ser por ellas ya estaríamos muertos... En vida.
ResponderEliminarBueno, el hide con langostinos funciona allí, pero en otros sitios nos consta que no, je, je. Gracias Iván. Saludos.
Nos alegra que sean de tu agrado Ramón. Igualmente te deseamos buena semana. Abrazos.
ResponderEliminarSí Senén, es el paraíso, al menos uno de ellos; y tu lo tienes cerca...
ResponderEliminarGracias a ti por comentar. Saludos.
Salió buena la excursión si Alexandre, nos alegra que te gusten. Gracias y Saludos.
ResponderEliminarEste invierno es de locos Ferreiro, sequía y más sequía por el sur, y a pesar de la nieve, este año tampoco va siendo un invierno al uso. Nos alegra que te gusten. Saludos.
ResponderEliminarHola pareja!!!
ResponderEliminarEsa cabaña es el Paraiso, da igual que sea verano, invierno, o que nieve o no... pero lo de los langostinos me ha llegado al alma... JAJAJA
por cierto, he estado buscando un correo electrónico vuestro para comentaros una cosa y no lo encuentro...
un saludo!!
Hola Juan, Sí es al menos uno de los paraísos que quedan. Pues al decirnos lo del correo vimos que no lo teníamos activado (¿antes estaba?) en el perfil, ya lo activamos, vete al perfil y ya sale. Los langostinos no están reñidos con el paraíso, je, je.
ResponderEliminarSaludos.
Sí Mª Ángeles y José disfrutamos de lo lindo. Y lo malo es que al ver desde la carretera (se divisa la zona desde 7 kms antes desde la general) la cantidad de nieve que había casi damos la vuelta para casa, menos mal que subimos.
ResponderEliminarGracias por comentar, Abrazos.
Preciosa fotos de vuestro "paradisus" Me quedo con la foto de la hembra de gato montés tomando el sol recostada sobre el arbol. Saludos pareja
ResponderEliminarNo veas como araña la gatita, je, je. Gracias Jesús.
ResponderEliminarSaludos.
Lamentablemente estoy fuera, y creo que me tiraré un tiempo (de ahí el parón en el blog) así que lo que me saca la sonrisa por las mañanas es ver entradas como esta vuestra, y más, como decís, de sitios que conozco y que espero, en unos dos años, vuelva a tener cerca. A seguir así.
ResponderEliminarUna pena Senén, se te echará de menos. Que al menos sea para tu bien. Saludos.
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